A nadie sorprendió la noticia, aunque su muerte impactó fuerte en todos. Caló hondo. Dolió.
Genial músico y compositor, uno de los artífices del rock argentino, Luis Alberto Spinetta, murió a los 62 años, víctima del cáncer de pulmón que le habían detectado hace seis meses.
El ex líder de Almendra y Pescado Rabioso, entre otras bandas emblemáticas, había anunciado en diciembre del año pasado que luchaba a brazo partido contra la enfermedad. Tenía fe. Pero el enemigo era demasiado poderoso.
"El Flaco" murió en su casa del barrio porteño de Saavedra.
"No habrá un destino incierto, ni habrá distancia que pueda alejarme de ti... Amor eterno a mi Padre", expresó por medio de Twitter Catarina Spinetta, una de las hijas del poeta del rock. Dante, joven estrella e hijo mayor,, afirmó: "Te amo por siempre Papá". A esa altura la red social explotaba con mensajes, recordatorios y saludos que abarcaban a los otros hijos de Spinetta, Valentino y Vera.
Hace pocas semanas Spinetta fue dado de alta de la clínica en la que había sido operado de divertículos (nada tenían que ver con el cáncer). Se conjeturaba una mejoría en su salud. No hubo nada que hacer.
Cuando se hizo pública la enfermedad, el propio "Flaco" se encargó de poner las cosas en claro. El 23 de diciembre escribió una carta en la que confirmó que tenía cáncer, pero aseguró que se encontraba muy bien. "En pleno tratamiento hacia una curación definitiva", remarcó.
"No paniqueen, y no tomen en cuenta las noticias que han generado los buitres de turno. Ante el aluvión de información inexacta, quiero aclarar públicamente las condiciones de mi estado de salud", subrayó. La revista "Caras" publicó fotos de Spinetta demacrado y extremadamente delgado, lo que motivó un debate ético.
"Desde julio sé que tengo cáncer de pulmón", enfatizó Spinetta, e informó: "estoy muy cuidado por una familia amorosa, por los amigos del alma, y por los mejores médicos que tenemos en el país".
El 23 de enero de 1950, en el barrio porteño de Belgrano, Spinetta vio la luz en un hogar en el que se respiraba música: su padre era un cantante de tango aficionado. Envuelto por el fulgor y el estímulo de la incipiente escena rockera de los 60, "El Flaco" surgió como un poeta profundo y delicado. Formó bandas del calibre de Almendra y Pescado Rabioso, y compuso temas emblemáticos como "Barro tal vez", "Muchacha ojos de papel", "Maribel se durmió", "El anillo del capitán Beto".
Trascendió fronteras, marcó generaciones y supo ser un referente para generaciones de músicos. El escenario era su elemento, y dejó también actuaciones memorables, como el show que brindó el 4 de diciembre de 2009 en Vélez Sarsfield. Duró cinco horas y tocó con todos los integrantes de las bandas que había integrado.
Es difícil cronicar la vida y el legado de un artista capaz de emocionar. Cuesta poner en palabras tanto talento, tanto sentimiento. Tanto cuerpo y espíritu dedicado a hacernos la vida más feliz.